Si quieres saber mi nombre no podría decirtelo. Yo soy el que esta en el cielo y el infierno, el destinado a vivir todas la vidas y cargar con su peso en mi mente. Llevo el amargo-dulce recuerdo del amar y ser amado. He muerto tantas veces como granos de arena hay en la tierra. Si tan sólo pudiera dejar de hacerlo... aún así cada día lo vivo como si pudiera no revivir, a estas alturas me asusta más el vacío, la nada, el desaparecer sin que nadie me recuerde.
Soy la voz con la que la muerte susurra en la oscuridad de su guarida, la peste que nunca dejas de percibir, soy yo regresando al mundo otra vez.
Mis nombres son muchos, mi destino es ir y venir y aquí estoy.
lunes, 2 de marzo de 2009
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Gato Azul
En las noches cuando los gatos son pardos, este es azul. Merodea por las entradas de los edificios, entre los carros sucios, por el pasto quemado de las banquetas. En definitiva no deja nada sin visitar para que tú, sin preocuparte y sin advertirlo pases a su lado, y sin previo aviso abra su boca en una mueca de gozo y dolor y atine a desgarrar un poco de carne.
sábado, 15 de noviembre de 2008
Vicio
jueves, 13 de noviembre de 2008
¡Invasión!
Confirmamos las noticias, el aparente avandono en la que parecía estar este blog fue a causa de un secuestro una abducción de la que fue víctima su servidor. Los seres que me secuestraron son iguales a los humanos y por una enorme coincidencia tenemos el mismo idioma. Me escapé de sus cárceles e intenté divulgar sus planes de invasión, pero llegue demasiado tarde... esta es una imagen de la invasión que hacen a la Ciudad de México.
martes, 15 de abril de 2008
Desierto II
Camino por horas y siento que no avanzo, no veo el fin, solo enormes olas doradas que se forman una tras otra frente a mi. Mi última comida fue hace dos días y no tengo una esperanza de obtener otra. Las dunas de pronto se mueven con más energía o es qué mi hambre y el calor ya me hace desvariar.
Algo rosa mi pié. Me detengo. Algo se mueve en la arena. De pronto de una duna emerge una bestia parecida a una mantarraya, de unos 8 metros de largo. Se elevo un poco y después cayó sin fuerzas. Dos animales más salieron de la arena, uno se dirigió a la manta de arena, que se revolvió en el suelo para que su aguijón quedara al frente para defenderse. El segundo animal volteó a verme, con sus ojos rojos, apenas pude moverme un paso hacia atrás cuando salto hacia mi. Un estallido y la bestia quedo tendida a mis pies, muriendo. En un segundo recargue mi arma. El primer animal me observaba con la boca ensangrentada, de sus garras escurría un líquido azul. Ahora que podía verlo con más detenimiento, se parecía a un lagarto, delgado y con la cabeza aplanada, de brazos cortos pero fuertes y con una dentadura enorme. Sus ojos rojos se cruzaron con los míos, vio al otro animal en el suelo, hizo un sonido con su cuello. Amartillé mi pistola. La bestia se volteo y agarrando a la manta con la boca se marcho en otra dirección. Yo tenía hambre y sed y había cazado mi cena...
Algo rosa mi pié. Me detengo. Algo se mueve en la arena. De pronto de una duna emerge una bestia parecida a una mantarraya, de unos 8 metros de largo. Se elevo un poco y después cayó sin fuerzas. Dos animales más salieron de la arena, uno se dirigió a la manta de arena, que se revolvió en el suelo para que su aguijón quedara al frente para defenderse. El segundo animal volteó a verme, con sus ojos rojos, apenas pude moverme un paso hacia atrás cuando salto hacia mi. Un estallido y la bestia quedo tendida a mis pies, muriendo. En un segundo recargue mi arma. El primer animal me observaba con la boca ensangrentada, de sus garras escurría un líquido azul. Ahora que podía verlo con más detenimiento, se parecía a un lagarto, delgado y con la cabeza aplanada, de brazos cortos pero fuertes y con una dentadura enorme. Sus ojos rojos se cruzaron con los míos, vio al otro animal en el suelo, hizo un sonido con su cuello. Amartillé mi pistola. La bestia se volteo y agarrando a la manta con la boca se marcho en otra dirección. Yo tenía hambre y sed y había cazado mi cena...
martes, 8 de abril de 2008
Desierto I
Tengo tierra en los ojos, mis botas me lastiman hasta sangrar pero es mejor que quemarme los pies en la arena. No puedo mover mi brazo izquierdo y el derecho solo sirve para cubrir un poco el sol de mi cara. No veo más que arena por todos lados. He de estar a kilómetros de distancia de algo que me pueda ayudar.
Una hora antes aún sentía el calor de la sangre saliendo de mi mano, ahora solo siento frío y una sensación de entumecimiento. "¿Así sentirán las lagartijas cuándo les cortan la cola?", pienso, la diferencia es que mi brazo no crecerá de nuevo, no puedo perderlo, no puedo morir en este maldito desierto. Logré escapar, maté a todos, no puedo morir así, me encantaría ver la cara de ese estúpido de Torres cuando me vea apuntándole a la cara, después de haberlo golpeado unas horas. No puedo morir aquí...
Una hora antes aún sentía el calor de la sangre saliendo de mi mano, ahora solo siento frío y una sensación de entumecimiento. "¿Así sentirán las lagartijas cuándo les cortan la cola?", pienso, la diferencia es que mi brazo no crecerá de nuevo, no puedo perderlo, no puedo morir en este maldito desierto. Logré escapar, maté a todos, no puedo morir así, me encantaría ver la cara de ese estúpido de Torres cuando me vea apuntándole a la cara, después de haberlo golpeado unas horas. No puedo morir aquí...
miércoles, 9 de enero de 2008
Así es caray jejeje
Recuerdos de humo
Siempre salía por un cigarro. Cuando tenía que calmarse, cuando había que hacer algo que no quería hacer, cuando quería estar sólo, cuando quería recordar. Se escabullía cuando nadie le prestaba atención. Tomaba su iPod, cajetilla y encendedor y salía.
Encendía su cigarro con manos torpes, y cuando daba la primera bocanada la sacaba de inmediato. En ocasiones tosía, en realidad nunca fumaba. Colocaba el cigarro en una superficie y esperaba viendo hacia cualquier lado, recordando por el olor del tabaco quemándose, todo lo que quisiera. Pero el recuerdo que en realidad iba a buscar era el de ella. El iPod sonaba:
Change your heart
Look around you
Change your heart
It will astound you
I need your lovin'
Like the sunshine
Everybody's gotta learn sometime
Everybody's gotta learn sometime
Everybody's gotta learn sometime
La voz se metía en él y recordaba. Casi podía tocar, sentir, vivir de nuevo lo ya perdido hace mucho. Hasta la oía decir su nombre y cuando el cigarro acababa de quemarse lo único que podía ver y escuchar eran sus ojos y su boca moverse para decirle: lo intenté pero nunca te ame.
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