martes, 15 de abril de 2008

Desierto II

Camino por horas y siento que no avanzo, no veo el fin, solo enormes olas doradas que se forman una tras otra frente a mi. Mi última comida fue hace dos días y no tengo una esperanza de obtener otra. Las dunas de pronto se mueven con más energía o es qué mi hambre y el calor ya me hace desvariar.

Algo rosa mi pié. Me detengo. Algo se mueve en la arena. De pronto de una duna emerge una bestia parecida a una mantarraya, de unos 8 metros de largo. Se elevo un poco y después cayó sin fuerzas. Dos animales más salieron de la arena, uno se dirigió a la manta de arena, que se revolvió en el suelo para que su aguijón quedara al frente para defenderse. El segundo animal volteó a verme, con sus ojos rojos, apenas pude moverme un paso hacia atrás cuando salto hacia mi. Un estallido y la bestia quedo tendida a mis pies, muriendo. En un segundo recargue mi arma. El primer animal me observaba con la boca ensangrentada, de sus garras escurría un líquido azul. Ahora que podía verlo con más detenimiento, se parecía a un lagarto, delgado y con la cabeza aplanada, de brazos cortos pero fuertes y con una dentadura enorme. Sus ojos rojos se cruzaron con los míos, vio al otro animal en el suelo, hizo un sonido con su cuello. Amartillé mi pistola. La bestia se volteo y agarrando a la manta con la boca se marcho en otra dirección. Yo tenía hambre y sed y había cazado mi cena...

martes, 8 de abril de 2008

Desierto I

Tengo tierra en los ojos, mis botas me lastiman hasta sangrar pero es mejor que quemarme los pies en la arena. No puedo mover mi brazo izquierdo y el derecho solo sirve para cubrir un poco el sol de mi cara. No veo más que arena por todos lados. He de estar a kilómetros de distancia de algo que me pueda ayudar.

Una hora antes aún sentía el calor de la sangre saliendo de mi mano, ahora solo siento frío y una sensación de entumecimiento. "¿Así sentirán las lagartijas cuándo les cortan la cola?", pienso, la diferencia es que mi brazo no crecerá de nuevo, no puedo perderlo, no puedo morir en este maldito desierto. Logré escapar, maté a todos, no puedo morir así, me encantaría ver la cara de ese estúpido de Torres cuando me vea apuntándole a la cara, después de haberlo golpeado unas horas. No puedo morir aquí...